En este momento en particular estoy de observadora, ya no del mundo y su entorno porque es demasiado, sí, en cambio, del mundo de una araña, pequeño universo si es que los hay pequeños.
Ayer al rededor de las 22hs descubrí en un rincón de mi casa como quien va para la cocina una araña en la ardua tarea de retener una cucaracha varias veces más grande que ella (o él, un nunca sabe)que había "caído" en su tela.
Desconozco los sucesos anteriores a este momento que describo, la imaginación (no se necesita mucha para el caso)me sugiere que, víctima del veneno, la cucaracha quedó panza arriba, con tanta mala suerte que fue a dar con las patas en la telaraña.
El arácnido, ni corto ni perezoso se dijo "Esta es la mía, comida para todo el invierno" y se dedicó afanosamente a tejer.
Para cuando la cucaracha pudo sacudirse un poco ya estaba tan hilada la tela que no pudo desprenderse, a lo sumo descender un poco porque debo decir, y de esto doy fé como testigo, que yendo y viniendo de la pared a la presa y viceversa, vaya a saber  en que eficaz punto de tejido, la araña había conseguido separar del piso unos dos centímetros, a ojo de buen cubero, a la cucaracha entedicha.
Fascinada, últimamente me fascina cada cosa... y hay otro tanto que me es indiferente, fascinada, decía yo, con el espectáculo decidí filmarlo aun a sabiendas de que con la cámara no se puede, no sale bien, sale obscuro, lo único que conseguí fue agotar las pilas, opté entonces por sacar una foto que, aquí les mando, para quien quiera corroborar el acontecimiento(la arañita señalada con el círculo).
Ah...., me olvidaba...allí sigue la araña, no puedo matar a quien haya trabajado tanto y tan bien. Sentiría mucho estropearle la vida, que semejante esfuerzo haya sido en vano, además las arañas no me molestan, ellas capturan mis moscas y mis mosquitos, podemos convivir, yo aquí con lo mío, ella con su cucaracha